miércoles, 9 de diciembre de 2009

toda mi vida, y despues de ella... (1)

Erase una vez en un pais lejano lleno de abismos entre luz y oscuridad, riqueza y pobreza y alegría y tristeza, una princesa llamada Luna. Luna había cumplido ya los 18 y podría elegir al hombre del reino que quisiera para casarse, pero Luna se hallaba en una disyuntiva pues ningun hombre le había amado como mujer, sin mediar interés político ni monetário... asi que le comento a su padre que hiciera venir a todos sus pretendientes a la muralla de su torre para observan cuán majestuoso regalo de amor.

A la muralla llegaron hombres de todas las edades. razas e intenciones, unos hallaban en la princesa un trampolín a sus grises vidas, otros sin mas querían reian mediante regicidio... pero en todo este galimatías de ricos nobles y nobles ricos se encontraba un chico espigado de mirada abierta y ojos apagados, pastor de profesión llamado Miguel. El era como una amapola entre los trigos, puro, sin ambición, incluso insignificante...

La llamada de Luna se produjo el día de Reyes, centenares de hombres se acercaron y Luna proclamó por la ventana: si quereis mi amor debereis aguantar hasta año nuevo a los pies de mi muralla, solo os pediré eso, fidelidad! Asombrados los hombres de tan variopinta procedéncia dijeron; solo eso? pan comido!

la princesa de corazón

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