domingo, 13 de diciembre de 2009

Quiero y no puedo

Esta historua que os voy a narrar no es ficción, es tal cual, como la vida misma; quizás vuestra vida no, pero la mía si. Necesito expresar lo que siento cada mañana al levantarme y lo que perdura cuando me acuesto.

Por varios motivos mi autonomía es reducida, no tengo vehículo y vivo sujeto a unos horarios dictaos por gente que no conoce mi problemática, pero no es eso de lo que me quejo. El último autobus que me sube a casa es a las 0;35h en Sabadell-Nord, que ocurre? que si quisiera salir de noche; cosa que con el estado de mi vista es una odisea, y me siento un trasto inutil cuando me veo agarrado de alguien, indefenso entre la oscuridad, cegado por las luces y los cambios de luz, cegado por una nube borrosa que me persigue día y noche, todos los dias, a todas horas. No quiero sentirme un lastre, no quiero depender de nadie, porque mi independéncia es de lo poco que puedo presumir, pero dicha independéncia se basa en los horarios del trasporte público.

Ejemplo: tengo que bajar a Barcelona, a la ONCE, al puerto.. donde sea, se que entre semana a partir de las 7 hay autobuses, asi que puedo irme a las 6 llegar a las 7 a Barcelona y estar 15h allí, pero el último tren que puedo coger sale a las 11h, aun asi con todo eso no llegaría a mi casa hasta la 1 de la madrugada. Es largo el día? Si, sin duda el día es largo pero por costumbre la noche es tiempo de ocio, un ocio que en mi caso se me ligado a la ya nombrada red de transporte público. Claro que me gustaría tener un millón de amigos con coche y una pregunta; donde te llevo? pero se da el caso que eso en mi vida no existe, asi que tras quedarme tirado en Sabadell alguna que otra vez decidí no jugar con los horarios, en resumen mi día comienza a las 7 y acaba a las 22h, son 15h en las que puedo hacer de todo, y de todo es de todo, porque teniendo la seguridad del transporte yo me olvido del resto, del dinero, de la salud, de todo...

Y porque ese afán de salir, de conocer, de ver y de sentir? Se que ha muchos de vosotros os sobrecogerá lo que os contaré pero es tan cierto como que hoy quiero y no puedo. Un día lejano pensaba que en esta vida había tiempo de todo, que para que correr, que para que servía la prisa? Para que mirar al cielo? o un libro cualquiera... el mundo se me quedó borroso y la pantalla no tenía la culpa, por mas que limpio mis ojos con ilusión jamás volveré a ver lo que vi, pero eso no quiere decir que no vea cosas nuevas, cosas que veo con los ojos del alma, sensaciones, vibraciones y cosas sin explicaciones que no requieren de ver bien.

Pero en este mundo soy una minoría, por la calle nadie me ve si soy discapacitado, asi que hoy ante vuestros ojos quiero confesaros que si, hoy necesito, quiero y deseo tener mi bastón, un chichón es el culpable de mis lágrimas, un golpe tonto que podría haber evitado con mi bastón, hasta entonces la calle es un territoria que de día es transtiable y de noche; fuera del problema del transporte, es un caos, la gente no ve que tu no ves, por lo tanto te arrolla, te sientes un trasto inutil, tu moral baja, y mientras mas triste y cabizbajo estés menos vas a ver, os lo juro! Asi que vuelvo al titulo de este relato, quiero y no puedo.

Ojala un día ese amigo con coche aparezca en mi vida y no tenga que ser esclavo de renfe y sarbus, pero hoy en dia mi independéncia depende de dichas empresas de transporte de pasajeros. De día pideme la Luna pero de noche no me veo capaz de nada, ya no por lejanía a Castellar, sino por mi nula independéncia. Claro que una amano amiga me reconforta, pero os habeis parado a pensar lo mal; profundamente mal, que me puedo llegar a sentir al ver que mi independéncia requiere de la "esclavitud" de otro? Frases como las siguientes me resuenan en la mente noche tras noche... no quiero ser un lastre, no quiero molestar, no hace falta que me ayudes, o no gracias, yo puedo solo. ¡Pues no! no puedo solo, necesito ayuda y solo espero que no sea lo bastante tarde como para que mi vida cambie y mi autonomia compartida por esa mano amiga no me cause ese dolor moral que me corrohe, no busco el cielo, no busco las estrellas, busco la Luna que brille en mi senda y su dulce resplandor sea la luz de mis ojos, y entre lágrimas poder decir que una mano amiga es como tocar el cielo con las manos, pues es tu angel de la guarda.

Grandes dilemas me asaltan a menudo, dilemas que no por su grandeza tienen demasiada importáncia, asi que la próxima vez que os veais en un dilema por el estilo pensad que si quereis; podeis, y que yo quiero y no puedo. Nunca os desanimeis, nunca tireis la toalla porque detrás de vuestros sueños siempre hambrá un ejercito de angeles de la guarda.

Dejame volar contigo, dejame guiarte hacía mi mundo oscuro, dejame ser tu centinela y de tus sueños ser el arquitecto, pues no tengas mas trabajo que tu sonrisa ni mas objetivo que tu felicidad.

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